Tan sugerente como la entrada de este post, acabó el atardecer de un día de invierno en la Cerdanya francesa tras una breve nevada que no termino de cuajar.
La atmósfera sobrecargada de humedad, pues aún caía agua nieve, adquirió estos espectaculares tonos naranjas cuando el cielo empezó a abrir y la luz del atardecer iluminaba el agua en suspensión.
Un espectáculo a la vista que duró unos breves instantes.
Por fortuna, intentando ver que podía sacar de esa breve nevada, pude aprovechar la oportunidad.
Nikon D2x, AF-S Nikkor 70-200 F2.8 ED VR, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
Es increible como una imagen con tan pocos elementos puede decir tanto. Estupenda composición. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Marco.
EliminarSin esa luz tan especial, y que tan poco duró, la composición no hubiese sido suficiente para dar toda la fuerza a la imagen.