A veinte días del inicio del otoño, recién salidos de los calores estivales, y con la mente puesta en cuestiones fotográficas, no puedo por menos que iniciar el “modo otoño” al menos mentalmente.
No se
trata de ignorar o desvalorizar las posibilidades visuales actuales, pero no
nos engañemos, nos acercamos a una de las estaciones que más recursos ofrecen
al fotógrafo de naturaleza y en concreto de paisaje. Aún así deberemos
optimizar recursos, tanto en cuanto a zonas de trabajo como en cuanto a fechas
adecuadas, pues sí, el otoño como el resto de estaciones tiene sus exigencias,
pequeñas tiranías en algunos casos, pues no todas las especies cambian el color
de su cubierta vegetal al mismo tiempo, no todas las zonas geográficas
coinciden en fechas y cuando por fin lo hacen, el apogeo otoñal no suele durar
más de 10 días.
Del mismo modo que la pre-visualización de las imágenes deseadas es un excelente trabajo
mental por parte del fotógrafo en pos de la obtención de buenos resultados, la
correcta preparación de las salidas al campo, desde el punto de vista de las
especies de árboles con las que trabajar, de las zonas geográficas a las que
acudir y de las fechas adecuadas para cada una de ellas, van a ser garantía de éxito.
De lo contrario, no nos quedará otra que volver a espera un año más.
Así pues,
pensar previamente en estas cuestiones siempre nos va a ayudar en la obtención
de resultados satisfactorios.
Cerdanya
francesa.
Nikon
D2x, AFS Nikkor 70-200mm f2.8 VR ED, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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