Como he comentado en otras ocasiones, no soy partidario de incluir elementos artificiales en mis imágenes de naturaleza, no obstante toda regla tiene su excepción.
En esta cala de la Costa Brava (Girona) es precisamente una pasarela artificial la que cobra el protagonismo compositivo de la imagen, pues además de proporcionar un buen primer plano, dirige la mirada del observador hacia el mar y el horizonte.
En este caso, la composición en ausencia de este elemento produciría un resultado final completamente diferente, quizás no menos atractivo, pero difícilmente con la misma fuerza visual.
La luz residual tras el ocaso produce un efecto casi monocromático en azul, que contribuye a resaltar la pasarela en su tramo central, más claro que el resto.
Nikon D2x, A-S Nikkor 17-35 F2.8, polarizador, DN 0.9, trípode, Raw, ISO 100.
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