El hielo y sus múltiples apariencias, sus colores y reflejos así como la combinación gráfica con el agua como elemento dinámico, ofrecen al fotógrafo un sinfín de posibilidades compositivas sumamente atractivas.
En la imagen se pretenden combinar texturas y luces. El hielo, granulado e iluminado en sus múltiples facetas, que bien nos recuerda a la pedredría de más alta gama (de ahí el nombre de la imagen), contrasta con el sedoso transcurrir del lecho de agua. La transición en sombra de la imagen, acentúa ese contraste, a la vez que las tenues columnas de agua que se deslizan desde el hielo actúan como nexo visual entre las dos texturas.
Nikon D2x, 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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