Costa Brava, Blanes.
Una composición muy simple, en la que destacan las dos rocas en primer plano sobre un mar sedoso sobre el que se reflejan las últimas luces del crepúsculo, dividido por el rompiente de las olas.
A veces buscamos paisajes impactantes que nos recuerdan a las imágenes clásicas realizadas por los grandes (Ansel Adams, Gallen Rowell,...), pero en la mayoría de ocasiones el paisaje y/o nosotros mismos no estamos a la altura. Recurir a los detalles del entorno y trabajar el tema compositivo, las luces y las texturas pueden ayudarnos a regresar a casa con un trabajo digno.
Una exposción de varios segundos ayudó a armonizar los movimientos del agua recordando a una pintura impresionista.
Nikon D2x, 17-35 F4-5.6, polarizador, DN-3, trípode, cable y espejo levantado, Raw, ISO 100.
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