La imagen que se muestra, incluye todas estas variables en una composición muy simple.
Tras varias pruebas a diferentes velocidades de obturación, se optó pon una velocidad de una fracción de segundo (1/8), frente a las primeras opcciones de varios segundos. El resultado muestra el movimiento del agua, pero no lo difumina del todo. Se consigue así, resaltar la combinación de reflejos dorados y azules sobre su superficie, intentado transmitir una sensación de serenidad.
Por último, la disposición de las pocas, pero escogidas rocas en la imagen, junto con las dos diagonales que forma el agua al discurrir sobre su lecho, acaban de componer esta imagen tan delicada y sencilla.
Nikon D2x, 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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