En la costa vasca tanto vizcaina como guipuzcoana, predomina una formación geológica estratificada y cubierta de iridio, llamada flysh con un enorme potencial fotográfico y privilegio para aquellos que pueden trabajar fotográficamente estos paisajes con asiduidad.
En mi caso y tras algunas escapadas a esa costa, el recuerdo del ocaso en la soledad de esas playas permanece inborrable.
En este caso y con la marea casi alta, se han intentado retener un detalle de estas formaciones con el vaivén sedoso del agua gracias a una exposición larga de varios segundos y a un filtro degradado neutro.
Nikon D2x, 70-200 F2.8, polarizador, DN-3, trípode, Raw, Iso 100.
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