Así es, recien caida la nieve nos permite el mejor momento para la realización de fotografias con este blanco elemento.
Es en los árboles donde mejor se aprecia la diferencia entre la nieve recién caida o aquella que queda ya pasadas unas horas.
En nuestras latitudes este breve periodo de tiempo, salvo excepciones, dura apenas unas horas, una mañana o una tarde a lo sumo. Transcurrido ese tiempo poco a poco empieza a caerse, desfigurando la fina capa depositada en las ramas y quedando una superficie irregular muy poco atractiva para la fotografía.
Salvo en latitudes más al norte, y como uno de los ejemplos extremos citaría Finlandia, en la que dadas las temperaturas extremadamente bajas ( hasta -30ºC) una nevada puede permanecer inalterable en los árboles durante muchos dias e incluso meses, en nuestras lares debemos aprovechar bien esos momentos tras la nevada, de lo contrario se nos pasa la oportunidad.
Esta fotografía realizada en la Cerdanya francesa corresponde a umo de esos momentos.
Nikon D2x, AFS 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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