Con suerte, aunque con poca frecuencia, podemos observar las primeras nevadas aún en otoño, cuando las hojas todavia permanecen en los árboles y el contraste entre los colores de estas y la nieve da un ambiente muy especial al paisaje.
Es un punto en el otoño que cuando ocurre, suele ser en una breve franja de tiempo de entre 10 dias y dos semanas.
Si somos afortunados y podemos estar ahí para fotografiar ese contraste, los resultados siempre suelen ser muy agradecidos.
En este caso, la combinación de las copas de los árboles aún teñidas de otono, con un ambiente invernal debido a la nevada temprana enmarcando al fluir de este riachuelo, permitían componer una imagen cálida y fria a un tiempo.
Fotografia realizada en uno de los arroyos de la Cerdanya francesa.
Nikon D2x, AFS, 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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