Otoño: hojas caidas, arroyo fluyendo, rocas y un composición equilibrada.
¿Que más puede pedir el fotógrafo de naturaleza para dejar volar su imaginación?.
Estación privilegiada en la que cada rincón puede convertirse en un motivo fotográfico, y para muestra un botón.
Poco más que decir sobre esta sencilla imagen, en la que un breve fragmento de un arroyo de montaña es suficiente para sentirte en tu elemento y poder abstraerte del "mundanal ruido" concentrándote en la búsqueda de una composición a tu gusto.
Imagen realizada en en uno de los arroyos de montaña de la Cerdanya francesa.
Nikon D2x, AFS 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
No hay comentarios:
Publicar un comentario