Este es uno de los rincones que suelo visitar de modo habitual desde hace unos años al inicio del otoño.
La fotografía está tomada desde el recodo de un camino en lo alto de este valle y realizada a contraluz con las primeras luces de la mañana.
Es fácil que la imagen pueda quedar quemada dado que la luz incide casi diréctamente en el objetivo, pero forzando un poco la sombra sobre este, podemos captar la luz tamizada por las hojas de los árboles que consigue que estos queden fuertemente resaltados sobre el entorno.
Dado que los árboles recorren el angosto valle en toda su longitud, una composición de estos en diagonal ayudó a equilibrar mejor la imagen.
A pesar de que la reducción de las imágenes tan detalladas como esta, pierde calidad al ajustarlas al tamaño de publicación en este blog, me resistía a que quedase olvidada en el archivo.
Nikon D2x, AFS 70-200 F2.8, polarizador, trípode, Raw, ISO 100.
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